1. "HAY QUE ESTAR SIEMPRE DEL LADO DEL MUERTO" En el pueblo todos saben que van a matar a Santiago Nasar pero nadie se atreve a decírselo. Sin embargo, cuando Luisa Santiaga –la madre de Gabriel García Márquez– se entera, decide advertirle. Ella tenía relación con las partes involucradas en el conflicto: era madrina de bautismo de Santiago Nasar y pariente de sangre de la familia Vicario. Al final nos muestra que en medio de esos dilemas siempre es más ético estar del lado de aquel que va a morir.2. "TAMBIÉN DEL AMOR SE APRENDE" Cuando Bayardo San Román pretendió a Ángela Vicario, la familia de ella le impuso la obligación de casarse con él, puesto que era un hombre rico y de familia respetada. Cuando Ángela Vicario repuso que no podía comprometerse con un hombre que apenas había visto, su madre le dijo esta frase. “También el amor se aprende” es una sentencia para mujeres casadas por sus padres, quizás un consuelo para creer en el amor más allá de las relaciones construidas por interés.3. “NINGÚN LUGAR DE LA VIDA ES MÁS TRISTE QUE UNA CAMA VACÍA”La frase la dijo María Alejandrina Cervantes, una mujer tierna y elegante que vivía en una casa de cuartos de alquiler cuyas puertas estaban siempre abiertas. Servicial en la cama, los hombres del pueblo decían de ella que nada más dormiría una sola vez en su vida, y esa vez sería para morir. A la cama se llega siempre acompañado o no se llega.4. “HALCÓN QUE SE ATREVE CON GARZA GUERRERA, PELIGROSA ESPERA” De todos los hombres con los que estaba María Alejandrina Cervantes, Santiago Nasar era el hombre al que más le tenía respeto, tanto así, que no se acostaba con otro si él estaba presente. Santiago Nasar también perdió el sentido cuando la vio por primera vez, y Gabo, el narrador en la novela, lo previno con esta frase.5. “LA FATALIDAD NOS HACE INVISIBLES” La frase se encuentra en el folio 382 del sumario sobre el asesinato de Santiago Nasar. Fue escrita por el juez del caso cuando quiso buscar algún testigo que hubiera visto entrar a Santiago Nasar en la casa de su novia Flora Miguel y no encontró a nadie.6. “TODOS LOS SUEÑOS CON PÁJAROS SON DE BUENA SALUD” El día que lo iban a matar, Santiago Nasar soñó que atravesaba un bosque de higuerones bajo una llovizna tierna. Cuando despertó se sintió salpicado de cagada de pájaros. Su madre, Plácida Linero, quien era una experta intérprete de sueños, le dijo que había sido una visión llena de buena salud, ignorando los árboles y la llovizna que indicaban un mal augurio.7. “NUNCA SE DEBE HABLAR DE PLATA DELANTE DE OTRA GENTE” La frase la dijo Ángela Vicario a Gabo, muchos años después del asesinato, al recordar la tarde de su boda con Bayardo San Román y las impertinencias de Santiago Nasar calculando los gastos de la fiesta con el novio. Era una máxima que Vicario había aprendido de su madre.8. “DADME UN PREJUICIO Y MOVERÉ EL MUNDO” Esta fue otra de las conclusiones del juez instructor, redactada en el folio 416 del sumario, al darse cuenta de que los cargos que la familia Vicario esgrimía sobre Santiago Nasar eran débiles y poco contundentes. Aunque para matarlo bastó con que Ángela Vicario lo señalara como culpable.9. “LA HONRA ES EL AMOR” Muchas de las personas que decidieron no entrometerse entre Santiago Nasar y la familia Vicario lo hicieron con la convicción de que “los asuntos de honor son estancos sagrados a los cuales sólo tienen acceso los dueños del drama”. La honra es el amor y su tragedia la resuelve quienes son tocadas por ella.10. “NO HAY BORRACHO QUE SE COMA SU PROPIA CACA” La lucidez de los borrachos. Eso pensó Victoria Guzmán cuando le dijeron que los hermanos Vicario estaban emborrachándose y esperando a Santiago Nasar para matarlo. Escudada en esta reflexión, no creyó que fueran capaces de consumar el crimen.Noticia del Centro Gabo.
En el pueblo todos saben que van a matar a Santiago Nasar pero nadie se atreve a decírselo. Sin embargo, cuando Luisa Santiaga –la madre de Gabriel García Márquez– se entera, decide advertirle. Ella tenía relación con las partes involucradas en el conflicto: era madrina de bautismo de Santiago Nasar y pariente de sangre de la familia Vicario. Al final nos muestra que en medio de esos dilemas siempre es más ético estar del lado de aquel que va a morir.
Cuando Bayardo San Román pretendió a Ángela Vicario, la familia de ella le impuso la obligación de casarse con él, puesto que era un hombre rico y de familia respetada. Cuando Ángela Vicario repuso que no podía comprometerse con un hombre que apenas había visto, su madre le dijo esta frase. “También el amor se aprende” es una sentencia para mujeres casadas por sus padres, quizás un consuelo para creer en el amor más allá de las relaciones construidas por interés.
La frase la dijo María Alejandrina Cervantes, una mujer tierna y elegante que vivía en una casa de cuartos de alquiler cuyas puertas estaban siempre abiertas. Servicial en la cama, los hombres del pueblo decían de ella que nada más dormiría una sola vez en su vida, y esa vez sería para morir. A la cama se llega siempre acompañado o no se llega.
De todos los hombres con los que estaba María Alejandrina Cervantes, Santiago Nasar era el hombre al que más le tenía respeto, tanto así, que no se acostaba con otro si él estaba presente. Santiago Nasar también perdió el sentido cuando la vio por primera vez, y Gabo, el narrador en la novela, lo previno con esta frase.
La frase se encuentra en el folio 382 del sumario sobre el asesinato de Santiago Nasar. Fue escrita por el juez del caso cuando quiso buscar algún testigo que hubiera visto entrar a Santiago Nasar en la casa de su novia Flora Miguel y no encontró a nadie.
El día que lo iban a matar, Santiago Nasar soñó que atravesaba un bosque de higuerones bajo una llovizna tierna. Cuando despertó se sintió salpicado de cagada de pájaros. Su madre, Plácida Linero, quien era una experta intérprete de sueños, le dijo que había sido una visión llena de buena salud, ignorando los árboles y la llovizna que indicaban un mal augurio.
La frase la dijo Ángela Vicario a Gabo, muchos años después del asesinato, al recordar la tarde de su boda con Bayardo San Román y las impertinencias de Santiago Nasar calculando los gastos de la fiesta con el novio. Era una máxima que Vicario había aprendido de su madre.
Esta fue otra de las conclusiones del juez instructor, redactada en el folio 416 del sumario, al darse cuenta de que los cargos que la familia Vicario esgrimía sobre Santiago Nasar eran débiles y poco contundentes. Aunque para matarlo bastó con que Ángela Vicario lo señalara como culpable.
Muchas de las personas que decidieron no entrometerse entre Santiago Nasar y la familia Vicario lo hicieron con la convicción de que “los asuntos de honor son estancos sagrados a los cuales sólo tienen acceso los dueños del drama”. La honra es el amor y su tragedia la resuelve quienes son tocadas por ella.
La lucidez de los borrachos. Eso pensó Victoria Guzmán cuando le dijeron que los hermanos Vicario estaban emborrachándose y esperando a Santiago Nasar para matarlo. Escudada en esta reflexión, no creyó que fueran capaces de consumar el crimen.
Noticia del Centro Gabo.